No pude salir de mi casa sin sentirme muy, pero muy chica con esto. Después de sacar mi orejas y ver lo pequeñita que me veía en el espejo, me subí al primer bus que vi venir. Todavía no sabía lo que iba a hacer ese día. Estaba en medio de un trance sentada al lado del chofer hasta que, luego de mandar seis mensajes, me encontré conmigo misma cuando salté al paradero de Plaza Vea. Bajé la mirada y me pasé de largo porque ya me había aburrido de tener que lidiar con Ana cada día de la vida. Al final, fue eso lo que hice: evitarme todo lo que pudiera con tal sentirme feliz mientras cruzaba de vereda en vereda.
¡me encanta! gracias por tu comentario! Besos rojos por doquier!
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Hay que buscar la felicidad!!besos
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¡Que fotografías más bonitas y con cuanta intención!
MarthaL.
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Hola guapa,
Es precioso el escrito del post. Me ha gustado mucho. Me quedo por aquí.
Un beso,
Cristina♥
http://blog-andcoffee.blogspot.com.es/
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No de nada. De hecho, ya le di una ojeada al libro. ¡Saludos!
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Agree. (:
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Muchas gracias. ❤
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Pasa y acomódate. (: Muchas gracias.
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¡Hola preciosa! Me ha encantado, se dice que las mejores fragancias vienen en frascos pequeños, y lo más pequeño por fuera puede ser algo enorme por dentro. Mil gracias por pasarte por mi blog. Un besazo enorme 🙂
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Me encantaaaa como escribes!!! , a veces es así como me siento: “quiero evitarme todo el día”
Un abrazo!
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Eso espero de verdad. ¡Un abrazo!
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¡Muchas gracias, Andrea! ¡Quién no se sintió así! Saludos. (:
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Derrochando sensualidad :*
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Jaja, tontoooo. D:
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