“No descifro quién soy todavía y pensé que, a esta altura,
sería feliz”.
“Mientras más lo intento, más me doy cuenta que tengo
que dejar que las cosas sucedan.
Esta sal sobre mis heridas ya no arde como antes y,
no es que ya no sienta dolor,
es solo que ya no le tengo miedo a sufrir.
La sangre de mis venas no ha dejado de correr ni un poco
y es por eso que tengo esperanzas,
la única cosa que me mantiene vivo”.
– L’Emile, Solo #70, Guardia Civil –